La Fundación Mozilla, responsable entre otros productos del magnífico navegador Firefox y del cliente de correo electrónico Thunderbird, ha lanzado una campaña para, según ellos, «adaptar» la legislación sobre derechos de autor a la actualidad. El problema de esta campaña radica en que está basada en algunas falacias y en desinformación.
Follow on LinkedInEn la web en la que se anima a recoger firmas para cambiar la legislación sobre derechos de autor, se afirma que es ilegal compartir imágenes nocturnas de la Torre Eiffel. «Si vives o visitas un país como Italia o Francia, no se te permite hacer fotos de determinados edificios, paisajes urbanos, grafiti y creaciones artísticas, ni compartirlas a través de Instagram, Twitter o Facebook», sentencia la página.
Lo cierto, más allá de la categórica afirmación por parte de Mozilla, es que la especial iluminación nocturna de la Torre Eiffel sí está protegida por copyright. Pero hay una diferencia clave: la utilización personal, editorial o comercial de las imágenes de la torre francesa.
Dentro del uso personal de las imágenes, se entiende que cualquier turista que visite París, obviamente, se fotografiará con la Torre Eiffel de fondo. Y subirá sus fotos a sus redes sociales favoritas para que las vean su familia y sus amigos, sin intención de comerciar con las imágenes.
¿Cabe plantearse la idea de que un internauta reciba un burofax por subir a Facebook una foto nocturna de la Torre Eiffel? En teoría, si hacemos una interpretación al pie de la letra de la normativa, parece que sí. Pero es altamente improbable. Hay que tener en cuenta que en la red existen millones de imágenes nocturnas de la Torre Eiffel, y la tarea de intentar amedrentar a todos los internautas del mundo sería eterna. Y absurda.
Sin mencionar el daño a la imagen de marca del turismo francés que se causaría si, de repente, la Société d’Exploitation de la Tour Eiffel, dueña de los derechos de la iluminación nocturna, empieza una batalla contra todos los turistas que se han fotografiado de noche con la torre y han publicado las fotos en su cuenta de Twitter, Instagram o Facebook. Absurdo, ¿verdad? Pues es el ‘argumento’ que usa Mozilla para desinformar a los potenciales firmantes de su campaña.
La sociedad que gestiona la Torre Eiffel lo afirma con claridad: «Las tomas de la torre Eiffel realizadas por particulares y para un uso privado no requieren acuerdo previo. Por el contrario, los profesionales deben ponerse obligatoriamente en contacto con nuestros equipos, que les indicarán las condiciones de explotación de las imágenes».
Algunos bancos de imágenes, como por ejemplo Shutterstock, limitan el uso de imágenes nocturnas de la Torre Eiffel exclusivamente para uso editorial (prensa, revistas, información), tal como se muestra en la imagen adjunta.
El uso comercial de la imagen es muy diferente. Aquí sí debe primar la prudencia y pedir (y pagar) los permisos necesarios, tal como indica la sociedad gestora. Si una fotografía con la especial iluminación nocturna de la Torre Eiffel se va a utilizar en un anuncio, para un uso claramente comercial, es obligatorio obtener permiso de la gestora de los derechos de la torre. La ‘Société d’Exploitation de la Tour Eiffel’ podría reclamar una buena cantidad económica si se hace un uso comercial de una imagen con la especial iluminación nocturna de la torre.
Más allá de las afirmaciones sobre la Torre Eiffel, la campaña de Mozilla nos deja otras «perlas» sobre creación, cultura y derechos de autor. En la misma página también se afirma: «Los derechos de autor pueden ser útiles a la hora de promover la educación, la investigación y la creatividad, siempre y cuando no estén desfasados o sean excesivamente restrictivos».
¿Quién decide que los derechos de autor están desfasados o son restrictivos? ¿Lo decide Mozilla? Quizá, los millones de autores de todo el mundo tienen una opinión muy diferente sobre si sus derechos están protegidos de forma restrictiva o si, más bien, son constantemente saqueados en Internet. Cada nueva película, disco, libro, o cualquier otro contenido protegido por derechos de autor, es pirateado nada más salir al mercado, mermando duramente su potencial de ventas en el primer ciclo de vida comercial del material. Muy al contrario de lo que pretende Mozilla, hay que proteger más los derechos de autor.
Después, en la página se añade: «las remezclas, los memes y GIF constituyen ejemplos de la cultura moderna de Internet». Definamos cultura. Quizá Mozilla entiende por cultura los millones de remezclas sin gracia, sin creatividad y sin respeto hacia la obra original que se difunden en la red. Quizá Mozilla entiende como cultura los vídeos en los que un joven se come unos caramelos repugnantes y realiza muecas durante varios minutos. Vaya risa. El joven del vídeo obtiene millones de «me gusta» mientras que un escritor con su última novela apenas obtiene unos pocos. Cultura era eso: decadencia.
«Debemos defender el principio de innovación sin permiso en la legislación sobre derechos de autor. Dejarlo en manos de plataformas responsables de todo lo que acontece en línea podría tener repercusiones nefastas sobre la libertad de expresión y privaría a Internet de uno de sus aspectos fundamentales: la posibilidad de innovar y aportar nuevos significados a contenidos previos», se añade en la página.
Nuevos significados sobre contenidos previos es algo que, desde mi punto de vista, no siempre se lleva bien con el concepto de creación y con la originalidad. Las reinterpretaciones han existido siempre, las mezclas para obtener un nuevo contenido también han existido desde hace muchos años, y son lícitas. Pero de ahí a llamarlo «creación y cultura» con todas las letras, va un abismo. Hay que respetar al autor de la creación original.
Lo que creo es que Mozilla, con esta campaña, está planteando un furibundo, manipulador e injustificado ataque contra los derechos de autor. Como si quisiera derogar los históricos derechos de los autores, para construir algo nuevo que nos lleve hacia no se sabe dónde.
Debemos seguir moviéndonos siempre dentro del respeto a los derechos del autor original. No va a ser fácil, porque la marea en contra es grande. Pero estaremos ahí, en defensa de nuestros derechos, y de nuestra cultura. Por encima de las tecnológicas.
"Coco" (Lee Unkrich y Adrián Molina, 2017) https://www.disney.es/peliculas/coco Va por delante que no soy un…
El periodista David Laguillo analiza los bulos durante la DANA, el intrusismo de Rubén Gisbert…
Crimen en el paraíso (2011) - En la imagen la edición en DVD de la…
(C) Foto: David Laguillo Si quieres que tu empresa salga en la prensa, debes tener…
(C) David Laguillo-Prohibido cualquier uso o difusión sin permiso previo, pagado y por escrito del…
La mesita del comedor (Caye Casas, 2022) "Una cruel película de Caye Casas", así se…