El caso reciente del «cara anchoa» y la bofetada propinada a un joven que se dedica a insultar a la gente por la calle me sirve como punto de partida ideal para plantear unas cuestiones básicas sobre Derechos de Imagen.
Follow on LinkedInEn el mundo digital y en el normal hay una notable carencia de sentido común, según he constatado durante mi experiencia vital. Muchas personas no piensan antes de hacer las cosas o antes de hablar, o si piensan lo hacen con parámetros y criterios equivocados, lo que da lugar a situaciones fuera del sentido común.
Al analizar el caso del «cara anchoa» hay varios puntos muy claros: el autor del vídeo se ha dedicado a atosigar, insultar y molestar a la gente por la calle, para nutrir su canal de YouTube de contenidos de muy dudoso gusto. Durante ese proceso, es altamente improbable que MrGranBomba, apodo del joven, haya obtenido permiso para filmar y emitir las imágenes de las personas que salen en sus vídeos.
El hecho de que haya pixelado la imagen del repartidor, no quita para que haya hecho uso indebido de la imagen de ese hombre, que no ha dado su permiso para ser filmado y expuesto ante millones de personas.
El joven, al parecer arrepentido, ha sido entrevistado por el periódico El Mundo y, ante las respuestas dadas por el autor del vídeo en la entrevista, me pregunto: ¿Merece la pena todo este escarnio público por 200 euros al mes?
El modus operandi es éticamente atroz: se planifica una supuesta broma y se graba a las personas a las que se insulta, se veja y se humilla sin su consentimiento, para luego subir los vídeos a Internet y ganar dinero con esas grabaciones obtenidas de manera ilegal.
Durante ese proceso se vulneran todos los derechos de imagen de las personas filmadas. Sin duda, una situación que merece que la Justicia tome cartas en el asunto de forma inmediata, porque el canal de MrGranBomba no es el único dedicado a grabar y difundir grabaciones hechas de forma irregular.
He realizado un repaso superficial a los vídeos relacionados o similares, y he podido ver que hay auténticas hordas de jóvenes haciendo bobadas similares que cuelgan en Internet con total impunidad. Si no frenamos en seco el efecto imitación, cualquier persona está en riesgo, en cualquier momento, de ser filmada sin su consentimiento y expuesta a humillación pública.
Toda esta anómala situación, que se está extendiendo como la pólvora, me lleva a elaborar un pequeño listado de preguntas y respuestas básicas relacionadas con los Derechos de Imagen. Necesitamos educar a esta sociedad hipertecnologizada e hiperconectada a respetar los derechos de los demás.
Sin embargo, en el contexto de la amistad lo más habitual es que ese consentimiento existe de forma implícita, ya que en muchas ocasiones la mayoría de las personas comparten de forma voluntaria las imágenes en las que salen con sus amigos. Pero si uno de sus amigos le pide que no publique su foto en Redes Sociales, usted debe respetar su deseo porque forma parte del Derecho de Imagen de la persona.
En realidad, salvo algunos detalles concretos que quizá no eran conocidos por el gran público al referirse a las personas con proyección pública, la mayoría de las preguntas y respuestas anteriores son de puro sentido común.
Piense antes de difundir cualquier cosa que, por ejemplo, a usted no le gustaría que le hicieran. Tan sencillo como eso.
Recuerde: usted lleva en el bolsillo un teléfono capaz de hacer fotos y vídeos de calidad en todo momento. Pero el hecho de que la tecnología permita tomar y difundir imágenes en cualquier lugar, no significa que usted tenga derecho a hacerlo.
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