Olympus OM101, una cámara peculiar

Hoy, en plena fiebre de reivindicación de lo retro, analizo por encima una cámara de fotos analógica y peculiar: la Olympus OM101 Power Focus. La marca Olympus siempre ha ido a rebufo de marcas de mayor categoría, y ha tenido muy difícil competir con la calidad de los dos gigantes del mundo de la fotografía como son Canon y Nikon.

En el caso de esta cámara, ya no me acuerdo del motivo por el que compré este modelo de Olympus (fue lanzada en el año 1988, así que es difícil que me acuerde) pero en su nombre ya tenía descrita la peculiar y engorrosa característica principal del enfoque, ubicado en la parte trasera mediante una rueda.

Con el paso del tiempo cada vez le veo menos sentido práctico a esta peculiaridad, ya que el enfoque manual que tenía esta cámara ni siquiera permitía el afinado a través del objetivo. Y al fallar la rueda de enfoque, algo que solía pasar con frecuencia, te quedabas sin la posibilidad de enfocar las fotografías. Así, sin cumplir parámetros ni de eficacia ni de comodidad, quizá podría definir ese sistema de enfoque como una extravagancia, razón por la cual, sin duda, esta OM101 merece un pequeño hueco en mi armario de rarezas fotográficas.

Además, otra característica peculiar es que, de fábrica, la cámara venía sin la posibilidad de realizar ajustes manuales de apertura y velocidad, salvo que comprases el complemento que se atornillaba en la parte izquierda. Sin ese complemento, la cámara solo podía utilizarse en modo automático. Y, al igual que la rueda de enfoque, su funcionamiento tampoco era infalible y daba bastantes fallos.

En el apartado positivo, la Olympus OM101 reconocía automáticamente la sensibilidad de los carretes de fotos y el objetivo original Olympus (un 35-70 mm.) que venía con ella daba como resultado unas fotos bastante buenas en los términos habituales de definición, color, contraste, etc.