Periodismo

Diez virus a erradicar de la profesión de periodista

El periodismo, como negocio, y el periodista, como profesional, están ubicados en una zona de riesgo que se acentúa cada vez más por diversas amenazas, que llamaré virus.

Son amenazas que necesitamos eliminar cuanto antes para evitar que nuestra profesión sufra más graves problemas a largo plazo.

(C) Foto: David Laguillo
  • Clickbait: sobre esta terrible moda de los titulares engañosos, del inglés «clickbait», ya he escrito en varias ocasiones, porque me preocupa mucho y considero que se trata del más grave virus que nos acecha en el periodismo, y afecta de forma directa a los pilares fundamentales de la Verdad y la Credibilidad. Cuanto antes, las empresas periodísticas deben abandonar esta terrible táctica, y dejar de obligar a sus periodistas, especialmente a los más jóvenes, a acostumbrarse a escribir titulares así.
  • Publicidad camuflada: es obligatorio por Ley identificar los contenidos que son de pago o «colaboraciones» con empresas o marcas. Por fin, se viene a poner coto también al «todo vale» del Salvaje Oeste de los «influencers» que cada dos por tres promocionan productos o servicios previo pago, sin avisar a sus seguidores. Más allá de la obligación que impone la normativa, la propia credibilidad de un medio de comunicación pasa por diferenciar claramente los contenidos que son publicitarios.
  • Publicidad institucional: muchos medios de comunicación dependen en exceso de la publicidad institucional, lo cual merma su independencia. Debemos intentar reducir esa dependencia a la mínima expresión, como pueden ser los anuncios oficiales o determinadas campañas de interés público.
  • Erradicar la publicidad programática: mi otro caballo de batalla en el campo de la publicidad en medios online, es que hay que dejar de permitir que los «listos» de las empresas de códigos se aprovechen de los periódicos digitales. La publicidad «programática» se basa en unos códigos que hay que instalar en los periódicos online, y a partir de ahí se supone que según las acciones del lector, el periódico recibirá unos pagos u otros. Esto hace aguas por todas partes. Las empresas tienen que pagar solo por salir en nuestros periódicos, nada de depender de las fallidas cuentas de visualizaciones, impresiones, clicks y no sé cuántos otros parámetros inventados para reducir a miserables céntimos lo que recibe el periódico después de haber mostrado publicidad de grandes empresas.
  • Desconexión con los jóvenes: reconozco que en este punto soy de los que más fallo, por edad me resulta difícil conectar con la forma de comunicación de los jóvenes, tanto por sus diferentes canales tecnológicos como por sus diferentes narrativas. Pero los jóvenes son un factor clave para la supervivencia del periodismo a largo plazo, y debemos procurar no perder el contacto con ese sector poblacional, para evitar que den la espalda a los periodistas y caigan en la tentación de creer cualquier discurso emitido por cualquiera en cualquier red social.
  • Intrusismo: el periodismo siempre ha estado amenazado por la actividad de intrusos que en muchas ocasiones intoxican y desinforman, pero en los últimos tiempos la actividad del periodista profesional se ve amenazada por hordas de personas con teléfonos en sus manos, que irrumpen en los eventos como elefantes en una cacharrería y se creen reporteros. Tenemos que intentar convencer a las instituciones y a los organizadores de eventos de que el mal llamado «periodismo ciudadano» no existe y que una persona no cualificada grabando con un teléfono móvil es tan solo un testigo y no es un periodista.
  • Copiar-pegar-rapiñar contenido ya publicado en Redes: las Redes Sociales han traído algunos beneficios pero también muchas consecuencias negativas. En ocasiones el periodista, por sumarse a un tema de moda o por vagancia, extrae contenido difundido en Redes y elabora una «noticia» basada en un pastiche, o un copia y pega del contenido. «Mea culpa», también he caído en esto. Es fácil caer en esta tentación, pero hay que evitarlo porque no son buenos contenidos periodísticos.
  • No rectificar: hace mucho tiempo que no veo la sección «Fe de erratas» en muchos medios de comunicación y, no sé ustedes, pero yo me equivoco porque soy humano, no una máquina. Si hay que rectificar, se rectifica.
  • Falsos «documentales»: en los últimos tiempos, estoy harto de ver cómo algunas cadenas de televisión y plataformas difunden como «documentales» piezas que deberían ser consideradas «ficción» o como mínimo «docu-ficción» o incluso «autobiografía» porque cuentan con la participación directa del protagonista en la producción del contenido. Me sangran los ojos cuando estos falsos «documentales» se utilizan, en muchos casos, para blanquear la imagen de algún famoso de turno que pudiera necesitar mejorar su imagen de cara a la opinión pública. El factor clave de un documental es su objetividad y, si eso se pierde, podemos hablar de otro tipo de contenido, pero no de un «documental».
  • Relatos lacrimógenos o sentimentales por encima de los hechos y los datos: por último, las nuevas narrativas del relato han contaminado en ocasiones los contenidos periodísticos. Apelando a los sentimientos del lector hacemos un flaco favor al relato de los datos, el contexto y los hechos y, aunque es una práctica en ocasiones difícil de detectar, también pone en peligro la credibilidad de los periodistas y los Medios de Comunicación.

Y sobre la Inteligencia Artificial y su impacto en el Periodismo, que podría perfectamente ser el onceavo punto de esta lista, hablaré otro día porque la IA merece un capítulo aparte por sí misma.

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En resumen, mi opinión es sencilla: hay que hacer buen periodismo, el de siempre, el de toda la vida, con algunos pequeños cambios para adaptarse a las nuevas tecnologías narrativas.

Aquel periodismo que contaba las cosas y las causas de las cosas sin sentimentalismos ni exageraciones para contentar a los morbosos. Parece fácil, pero no lo es.

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David Laguillo

David Laguillo (Torrelavega, 1975) es un periodista, escritor y fotógrafo español. Desde hace años ha publicado en medios de comunicación de ámbito nacional y local, tanto en publicaciones generalistas como especializadas. Como fotógrafo también ha ilustrado libros y artículos periodísticos. Más información en https://www.davidlaguillo.com/biografia

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