¿Cómo proteger las imágenes en Internet?
La seguridad total no existe, y menos todavía en Internet. Cualquier cosa es susceptible de sucumbir a la piratería, y muy especialmente dentro del ámbito tecnológico.
Para la fotografía, la era digital ha supuesto muchas ventajas pero también muchos inconvenientes, el peor de todos es el robo de fotografías. Por desgracia esta situación de robo de fotografías sucede de forma constante, en ocasiones por falta de conocimientos o de educación de la persona que coge imágenes de otras personas. Y también están quienes lo hacen a mala fe.
Cualquier fotografía que es enviada a Internet, como dije antes, es susceptible de ser pirateada. Y, todavía peor, incluso ha habido algún caso en el que, además de descargar la imagen, el pirata la vende o la hace pasar como creación propia.
Por suerte, hay una serie de trucos o técnicas que nos pueden ayudar a evitar que roben nuestras fotos. O, si ya las robaron y hay denuncia judicial, podremos demostrar que somos el autor real de la imagen.
Formato RAW y tamaño
La primera de las medidas de protección que podemos tomar se refiere al formato en el que tomamos las imágenes. Si tenemos una cámara réflex digital podemos optar por el formato RAW (del inglés, en bruto) que contiene todos los datos captados por el sensor. Se ha considerado el equivalente digital al negativo, lo cual nos ayudaría a demostrar la autoría de la imagen original, en el caso de que alguien manipule otras versiones pirata de la fotografía.
Otro de los consejos más sencillos de seguir para proteger nuestras imágenes en la red es limitar el tamaño de la imagen que vamos a publicar en Internet. Si subimos imágenes a muy alta calidad, sin protección, es altamente probable que sean pirateadas. Por el contrario, si son de baja resolución, aunque alguien las piratee no servirán para nada y, además, al tener el archivo de mayor calidad siempre podremos demostrar nuestra autoría.
IPTC
Los metadatos añadidos a las imágenes son una de las herramientas más útiles para ayudarnos a proteger nuestras imágenes. En la página web oficial https://iptc.org/standards/photo-metadata/ podemos ver explicaciones detalladas sobre este tipo de información adicional añadida a las imágenes. Se pueden añadir descripciones, datos de autoría e incluso la ubicación o localización de la imagen.
Marca de agua
Las marcas de agua añadidas a una imagen pueden ser visibles o invisibles. Las invisibles, depende de las soluciones, algunas de ellas ya han sido rotas y la seguridad que aportaban, cuestionada.
En cuando a las visibles, la solución de incluir una marca de agua visible en las imágenes es la menos estética de todas, ya que estropea la visualización de la imagen. Una de las marcas de agua más efectivas es la que cruza de forma diagonal la imagen, con el logotipo en el centro. Si está incrustada en el archivo JPEG publicado en la Red, este tipo de marca de agua es muy difícil de eliminar. Si ubicamos la marca de agua en las esquinas, siempre tendremos el riesgo de que alguien la recorte.
Para añadir marcas de agua visibles suelo utilizar el programa Picture Shark que permite poner la información del autor en bloque, aunque esta función también está disponible en gran cantidad de programas de procesado de fotografías como Photoshop, GIMP e IrfanView, entre muchos otros.
Esteganografía
La esteganografía no es tan conocida como técnica para añadir información del autor a las fotografías, porque de hecho su función es otra, casi más relacionada con el espionaje.
Para explicarlo de forma sencilla y resumida: la esteganografía consiste en esconder un archivo dentro de otro. Este tipo de tecnología requiere más conocimientos técnicos para su utilización. Sin embargo, es un excelente sistema para ocultar archivos dentro de otros archivos, es decir, la foto puede llevar incrustado un mensaje oculto, en este caso puede ser la información de copyright del autor. Hay muchos más, pero uno de los programas disponibles de forma gratuita se llama Steg.
En resumen, aunque en realidad lo que más me gustaría es conseguir un nuevo contexto en el que la educación en el respeto hacia los derechos de autor hubiese triunfado, la realidad me contradice. El pirateo de las imágenes es constante y, como autores, tenemos el derecho e incluso el deber de proteger nuestras obras.
Mientras tanto, profundizaremos en la educación, en hacer entender a las personas que hay que respetar los derechos de los creadores, en este caso de los creadores de imágenes.
- «Coco» (Lee Unkrich y Adrián Molina, 2017) - 16 noviembre, 2024
- Contra los bulos y el intrusismo periodístico - 9 noviembre, 2024
- Crimen en el paraíso (2011) - 26 agosto, 2024