«El hombre de mimbre» (Robin Hardy, 1973)

Corría el año 1973 cuando Sir Christopher Lee estaba deseando salir de su encasillamiento con el personaje del Conde Drácula. Tal era su afán de quitarse el sambenito del mito vampírico que, según se afirma en la página IMDB, Lee aceptó protagonizar gratis la película «El hombre de mimbre» (Robin Hardy, 1973).

No es la única anécdota que rodea a una película extraña, una obra distinta que, con el paso del tiempo, ha adquirido un sólido estatus de «culto». Además, el propio Christopher Lee consideraba que su papel en la película que nos ocupa era uno de los mejores de toda su extensa carrera como actor.

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Una carta con la fotografía de una niña desaparecida lleva al sargento Howie de Scotland Yard hasta Summerisle, una isla en la costa de Inglaterra. Pero la isla está lejos de ser un lugar «normal» con creencias religiosas cristianas habituales, ya que Lord Summerisle es el líder de un culto pagano que los lugareños siguen por el bien de sus cosechas de manzanas.

Con esta premisa, la película expone el enfrentamiento entre la cerrazón religiosa del sargento Howie y la anárquica actitud pagana de los habitantes de la isla, algo que el agente de policía será incapaz de entender, porque desde su postura inflexible el mundo de las creencias solo se puede concebir a su manera.

No fue una película fácil de filmar, y menos fácil todavía de distribuir. Existen varios montajes diferentes de «El hombre de mimbre», porque quizá su forma de afrontar la temática era demasiado polémica o avanzada para la época y eso hizo que las diferentes tijeras del mundo hicieran estragos en el metraje. En Filmin está disponible la versión remasterizada, y la versión doblada en español contiene trozos en inglés con subtítulos.

Incluso, un rumor también recogido en IMDB afirma que al productor de la película, Michael Deeley, no le gustaba la obra y ordenó enterrar las latas con el negativo del montaje original en las obras de una carretera. Esto explicaría en parte, de ser cierto, las diferentes versiones que existen de la película.

La película navega con imágenes chocantes de todo tipo por su contenido de sacrilegio, de libertad sexual, de rituales de fertilidad, todo regado con una música extraña e inquietante y un montaje y una dirección dignas de alabanza por su ritmo.

El director Robin Hardy acertó con «The Wicker Man» pero falló al intentar repetir el éxito años después con otra película similar, una especie de continuación titulada «The Wicker Tree». Aquí también diré que muchos años después salió un «remake» de «El hombre de mimbre» protagonizado por Nicholas Cage, pero se trata de una película que no merece más mención que esta línea de texto.

La obra original que nos ocupa merece un espacio propio en el cine de terror, por su forma de trasladar al espectador una sensación de inquietud a plena luz del día, con personas normales y sin atisbo de monstruos sobrenaturales, y por su manera de plasmar las creencias alternativas dotándolas de naturalidad hasta el punto de que se empatiza más con Lord Summerisle que con el policía.

Muchos años después, la meritoria película «Midsommar» (Ari Aster, 2019) recogió el testigo de «El hombre de mimbre», para volver a recordarnos que hay otras formas de entender las creencias y también que, llevado al extremo, el fanatismo puede llevar a realizar actos atroces.

"El hombre de mimbre" (Robin Hardy, 1973)

David Laguillo
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David Laguillo

David Laguillo (Torrelavega, 1975) es un periodista, escritor y fotógrafo español. Desde hace años ha publicado en medios de comunicación de ámbito nacional y local, tanto en publicaciones generalistas como especializadas. Como fotógrafo también ha ilustrado libros y artículos periodísticos. Más información en https://www.davidlaguillo.com/biografia