La lucha contra las noticias falsas
Facebook ha anunciado que no dejará comprar publicidad a las páginas que difunden noticias falsas («fake news»), aunque me resulta muy difícil de creer viniendo de una empresa que permite anuncios de falsos relojes Rolex. No sé, quizá algún día para Facebook deje de primar el gotear de las moneditas, y de verdad se ponga a luchar contra las noticias falsas que se difunden en su enorme plataforma. Ojalá Twitter también haga algo para mejorar el fango moral e intelectual en el que se ha convertido su plataforma, aunque lo dudo todavía más.
El informe Digital News Report 2017 del Reuters Institute for the Study of Journalism y la Universidad de Oxford se ha difundido recientemente y, entre otros asuntos de gran relevancia e interés para el periodismo en soporte digital, se dedica bastante espacio al tema de las noticias falsas como un fenómeno auspiciado en buena medida por y para las Redes Sociales.
El informe detalla la situación para varios países, incluyendo España. En nuestro país, la venta de periódicos impresos sigue cayendo. Así, los periódicos líderes siguen perdiendo difusión en papel: El País (-14%), El Mundo (-18.5%), y ABC (-14%) mientras que los sitios nativos digitales continúan prosperando en España, según las conclusiones de Samuel Negredo, Alfonso Vara, y Avelino Amoedo, del Centre for Internet Studies and Digital Life de la Universidad de Navarra. Los más exitosos son El Confidencial (fundado en 2001) y Eldiario.es (2012), y Público.es, que tuvo versión impresa de 2007 a 2012.
Una de las conclusiones más interesantes es que el lector percibe que los medios informativos ayudan más que las redes sociales a diferenciar los hechos ciertos de los bulos, lo cual deja un espacio a la esperanza entre tanta falsa noticia en las Redes Sociales. La mayoría de los usuarios españoles (46%) cree que los medios informativos cumplen mejor que las redes sociales (36%) la función de ayudar a diferenciar aquellos hechos ciertos de los inciertos.
Sólo una cuarta parte de los encuestados piensa que los medios sociales hacen un buen trabajo al separar el hecho de la ficción, y los usuarios creen que la combinación de una falta de reglas y algoritmos fomenta que los artículos de baja calidad y las noticias falsas se difundan rápidamente.
Otros países, como Austria, han acusado a Facebook de no hacer lo suficiente para evitar las noticias falsas, los perfiles falsos y la difusión de discursos de odio, ya que solo alrededor del 20% de los contenidos reportados acaban eliminándose. En Italia, se presentó un proyecto de ley para hacer frente a falsas noticias, que establece multas de hasta 10.000 euros y dos años de cárcel para los sitios web que publican ese tipo de contenidos. En Brasil, algunos medios de comunicación como el portal web G1 y el periódico O Globo han creado equipos de verificación para investigar las noticias publicadas en Internet, los rumores difundidos en los medios sociales, e incluso la información tomada de anuncios oficiales.
La preocupación por la influencia de las noticias falsas es un tema de gran importancia que tenemos que abordar de forma urgente. Las organizaciones profesionales de noticias, y los periodistas a título particular, tenemos un papel clave a la hora de ayudar a la audiencia a desmentir bulos y falsedades. Las plataformas pretendidamente neutras como Facebook y Twitter también tienen su crucial papel en esta lucha, y ojalá algún día se tomen en serio la vital necesidad de eliminar todo rastro de las noticias falsas.
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